Materializar Suspiros

¿Te acuerdas de nuestras primeras conversaciones?, aquellas que sucedieron de madrugada, donde hablábamos de todo y nada, y fue entonces cuando nos dimos cuenta de que nuestro encuentro no fue fortuito, puesto que no sólo veíamos al mundo de manera similar.

En una de esas tantas veces, soñando con "el alma en cueros" (como tú decías), hablando de cosas intrascendentes, pero que llenaban tanto por dentro, tocamos el tema de todo aquello que creíamos o soñábamos durante la infancia, y recuerdo que yo te platiqué a deshoras y con los ojos cargados de sueño, que una de las cosas que siempre había deseado conseguir era atrapar la forma de un suspiro.

En ese entonces no me entendiste muy bien que digamos...Yo te expliqué que eso era algo similar a como cuando tomas la foto de una persona o cualquier objeto material (cualquiera que se te aparezca ahora en la mente), para luego mostrarlo a alguien más y se de una idea de como es... Algo así, pero con un suspiro.

De niña siempre tuve la certeza de que encontraría la forma de dibujarlo, pero eso nunca sucedió. Siendo ya adolescente, descubrí que los suspiros se podían atrapar en letras... Algo así como una fotografía impresa con palabras... Cuando te decía todo eso, yo no podía verte bien en la oscuridad, pero de algún modo sabía que mientras me escuchabas con toda la atención del mundo, tu sólo sonreías en silencio, sin lograr comprenderlo del todo bien.

Antes de conocerte a ti, yo ya era cazadora de suspiros quizá aún sin saberlo... De niña pasaba las horas del día soñando despierta, imaginaba mundos más allá de lo que escuchaba en clases y las ilustraciones llenas de colores impresas en los libros de texto y parte de todo eso se quedó conmigo cuando crecí pero no me hice grande.

Los encontraba también en las canciones que escuchaba en la radio de madrugada, detrás de las ventana empañada en una noche lluviosa, en lo intrascendente que podía ser el tiempo cuando en silencio te cuidaba y te desenredaba los cabellos mientras te veía dormir.

El mundo adulto es muy complejo... Cuando te fuiste tú, aprendí algo que no sabía y jamás hubiera imaginado: que los suspiros se pueden crear desde el alma y en los instantes presentes... Esos en los que vives con los sentidos muy abiertos y con toda intensidad.

En las épocas más oscuras creí hasta casi convencerme de que había perdido todo eso, pero conforme los días han sido menos grises me he dado cuenta no sólo de que no es así, sino de que sigo intentando materializar suspiros pero ha sido así porque la vida de manera contundente me ha estado enseñando a intentar atraparlos más allá de si de noche hay alguien depositando encima de mi pecho sus sueños y su paz.

Sí, mi bolsillo aún está lleno de atardeceres y madrugadas en los que he dibujado de manera sutil todo lo que amo tanto en el cristal empañado como en la espalda de alguien... De interminables charlas a deshoras o comidas sin prisa con personas que lo fueron todo en su momento para mi, pero Dios quiso que tomaran un camino diferente... 

Hay también pasos que se convirtieron en memorias por calles de ciudades y lugares donde no sólo descubrí las historias fascinantes de otras personas, sino que también escribí la mía propia; de Páginas Sueltas y de Colores que hablan de todo lo que soy y lo que no he sido y aunque eras tú, quien sin pretenderlo tenías maestría en todo eso; hoy yo sigo aquí intentando aún materializar suspiros dentro de todas las páginas en blanco que con toda seguridad se llenarán con letras que describan todo lo que en los días que no he vivido aún me sorprendan, me hagan sonreír, pero sobre todo sentir que aunque mi camino sea en solitario de aquí en adelante, vale la pena quedarse acá.

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