Pensar en libros y otras cosas...
En los últimos meses me la he pasado leyendo prácticamente todo cuanto cae entre mis manos, y el ya no manejar de ida y regreso hacia mi casa ha hecho que me devore ya varios libros entre ese tiempo y también en la madrugada, pero sólo los más importantes los he reseñado aquí.
En la mochila siempre llevo un libro; (que es el que leo en los ratitos "muertos" o al final del día antes de dormir); pero en esta etapa reciente se ha hecho costumbre para mi estar leyendo dos libros en forma simultánea; y a la par del que siempre llevo conmigo, en casa siempre tengo otro, y es precisamente sobre ese "otro" del que quiero hablar hoy.
El libro del que hablo es "Diario de Viaje", de Alexandra David-Néel. No lo he terminado de leer aún, porque es un libro muy extenso, pero hoy quise hablar de él porque es la primera vez que la historia que encuentro adentro de un par de tapas duras y empastadas, me ha llevado a confrontarme conmigo misma y con las cosas en las que creo y pienso en este momento de mi vida.
Ya hablaré en su momento más a fondo sobre ella, pero a grandes rasgos, y para quienes no saben quien era Alexandra, sólo puedo reseñar que fue una mujer que pasó la mayor parte de su vida viajando, fue cantante de ópera, luego periodista (escribió en varias revistas), y en ese proceso descubrió el budismo, y vivió muchas cosas muy interesantes que ya les compartiré cuando me toque hacer esa reseña en el blog.
Este libro que yo estoy leyendo, está conformado por varias de las cartas que ella le escribió a Philippe Néel, el hombre que fue su esposo, pero con el que vivió por muy pocos años, porque ella decidió irse un día y a partir de ahí la relación entre ellos fue más de amigos. Él era quien financiaba sus viajes y Alexandra le escribió prácticamente durante toda su vida cartas desde todos los lugares donde estaba y le contaba todas sus cosas (ya se imaginarán que esto fue lo que me atrapó del libro); pero más allá de eso, por lo que quise escribir hoy fue, porque en estas últimas semanas, más allá de las páginas que ella plasmó, las cosas que pensaba me han hecho reflexionar demasiado acerca de mi propia vida; de una manera muy dura y realista y eso es la primera vez que me pasa con un libro.
Aquí reseño algunas de las ideas expresadas en sus cartas:
París, 12 de Octubre, 1904.
"No puedo reprimir una sonrisa al pensar que las circunstancias me ofrecen precisamente el alojamiento ideal que siempre he soñado para un matrimonio: Un jardín con dos viviendas. Ya desde muy joven esta distribución me parecía la más afortunada que quepa imaginar... Sí: teniendo cada uno su choza, la libertad, o, en un análisis más sutil, la posibilidad de libertad y en definitiva de soledad, vuelve más agradables los momentos que se pasan juntos, hace que uno los desee y los prolongue con tanta más insistencia cuanto menos quiere que sean algo forzado, impuesto. Una choza separada que cada cual arregla a su capricho, donde uno recibe tranquilamente a quien le parece, sin temor a importunar o de aburrir a la persona con quien comparte la vida"...
Este libro que yo estoy leyendo, está conformado por varias de las cartas que ella le escribió a Philippe Néel, el hombre que fue su esposo, pero con el que vivió por muy pocos años, porque ella decidió irse un día y a partir de ahí la relación entre ellos fue más de amigos. Él era quien financiaba sus viajes y Alexandra le escribió prácticamente durante toda su vida cartas desde todos los lugares donde estaba y le contaba todas sus cosas (ya se imaginarán que esto fue lo que me atrapó del libro); pero más allá de eso, por lo que quise escribir hoy fue, porque en estas últimas semanas, más allá de las páginas que ella plasmó, las cosas que pensaba me han hecho reflexionar demasiado acerca de mi propia vida; de una manera muy dura y realista y eso es la primera vez que me pasa con un libro.
Aquí reseño algunas de las ideas expresadas en sus cartas:
París, 12 de Octubre, 1904.
"No puedo reprimir una sonrisa al pensar que las circunstancias me ofrecen precisamente el alojamiento ideal que siempre he soñado para un matrimonio: Un jardín con dos viviendas. Ya desde muy joven esta distribución me parecía la más afortunada que quepa imaginar... Sí: teniendo cada uno su choza, la libertad, o, en un análisis más sutil, la posibilidad de libertad y en definitiva de soledad, vuelve más agradables los momentos que se pasan juntos, hace que uno los desee y los prolongue con tanta más insistencia cuanto menos quiere que sean algo forzado, impuesto. Una choza separada que cada cual arregla a su capricho, donde uno recibe tranquilamente a quien le parece, sin temor a importunar o de aburrir a la persona con quien comparte la vida"...
31 Amherst Road, Ealing, Londres, Agosto, 1906
"Sí, tú hablas de parejas que avanzan por la vida apoyándose mutuamente; sin lugar a dudas es una utopía más de esas cosas con las que nos llenan el cerebro en la juventud y tan irreal como los héroes simbólicos de las mitologías. ¿Dónde están tales personas, quién las ha visto? Hay almas serviles pasivamente apegadas a otras, seres que se sacrifican gustosamente, protectores atentos... Hay una gran variedad de actitudes anímicas en el terreno de -la bondad-, pero la unión inteligente y fuerte de dos fuerzas y dos inteligencias, la amistad que funde a dos individuos en uno solo, que los sitúa uno frente a otro con el corazón y el alma desnudos, de manera que piensan juntos todos sus pensamientos, incluso los más oscuros, incluso los más bajos, olvidando que el otro es "otro" y viviendo ante él como ante uno mismo... A esos ¿dónde los encuentras?
Estos dos ejemplos de las ideas de Alexandra fue lo que me dejó pensando demasiado... Primero porque para la época en la que ella vivió, era demasiado revolucionario que una mujer no sólo pensara así; sino que viviera de la manera que ella lo hizo. Alexandra quiso mucho a su esposo, pero de una manera muy peculiar. Ella no quería tener hijos, porque decía que un bebé viene a veces a ser como una especie de "dios" en la que los padres depositan no sólo toda su atención y devoción, sino que se convierten también en quienes ellos ponen todas las esperanzas de realizar todo lo que ellos no fueron; y eso además de egoísta es terriblemente cierto.
No quiero decir que yo pienso exactamente igual que ella, pero hay cosas en las que si coincido y eso es exactamente lo que me ha impresionado de este libro, descubrir que lo que una mujer totalmente ajena a mi y que vivió en otro siglo, ha venido a confrontar todo lo que yo pienso y soy en este momento.
A medida que ha pasado el tiempo y en esta etapa reciente de mi vida, yo cada día estoy más convencida de que mi camino va por un rumbo totalmente distinto al de las mujeres de mi edad... (Sin ir muy lejos, mi madre, a mi edad, ya me tenía a mi y a mis 3 hermanos); y para mi es muy extraño a veces, porque cada vez me atrae menos la idea de seguir una vida "normal"... Igual y es porque no he encontrado a nadie y ya es muy difícil que me crea a la primera algo. Hace apenas muy poco tiempo, la vida me puso en una encrucijada, primero, un buen día, así de buenas a primeras, descubrí que el corazón ya no me dolia ¡y eso fue fregón!; luego, me trajo el pasado al presente, y aunque lo hizo de una manera muy "tentadora"; me sorprendió que no dudé ni un instante en decir: "Gracias, pero ya no"...
No sé si sea la edad, pero hace mucho que ya no creo que "la luna es de queso", pero tampoco soy el Grinch ni estoy cerrada a nada, yo creo en el amor y creo en los valores de la familia, y por supuesto que a mi me encantaría que la vida me sorprendiera, pero precisamente porque sé que quiero algo mucho más grande y especial para mi vida, sé que no va a ser fácil encontrarlo, e igual tampoco nunca lo encuentro, porque no es nada más querer algo, uno tiene que trabajar en su propia vida para poder ofrecer también algo valioso que propicie que alguien se quiera quedar.
Yo no sé si me toque vivir esa etapa como ser humano, pero de lo que si estoy segura y es como una especie de premisa que he aplicado en estos años recientes a todos los aspectos de mi vida: Nunca más voy a volver a involucrarme en algo o con alguien que no me mueva "algo por dentro"; puesto que eso es lo único que te hace sentir vivo, y de eso se trata especialmente el estar aquí.
Por el momento ni siquiera me preocupa, creo que lo más importante ahorita es tratar de ser lo más honesta conmigo misma y con lo que siento, me gustaría vivir y aprender de todo lo que se me está presentando para poder quizá convertirme en una mejor persona, porque creo que para poder construir una vida padre con alguien, primero tendría que escribir mi propia historia de la mejor manera y motivada por el compromiso y el amor que debo tener primero por mi... Igual y a lo mejor en ese lapso aparece alguien... Eso solamente Dios lo sabe, y yo confío en ÉL... Si no es por ahí la tirada, yo sé que en el camino voy a encontrar las señales para estar donde me corresponda estar.
Haber que pasa... He estado pensando mucho en todo eso a raíz de este libro; y me gusta eso, que me haya hecho reflexionar así, porque creo que las cosas están mucho más claras ahora, y como en este espacio yo siempre escribo sobre todo lo que me interesa, me impresiona, aprendo o simplemente pienso, por eso quise plasmarlo.
Sigo leyendo "El Diario de Viaje" de Alexandra David-Néel y a la expectativa de ver con que otras cosas me sorprende la historia de esta mujer que es fascinante y extraordinaria.
Ahí luego regresaré para escribir que tul....
Comentarios
Sobre tu vida personal es algo que lo puedo hablar con vos en otro lugar, es lo único que me sigue dando cosa en tu blog, que te expongas tanto.
Te dejo un abrazo!
No pasa nada ¿Sabes cuántas personas van a leer este post completo y con la misma atención que tú? Yo creo que menos de 5 y de esas 5, sólo tú me dirías algo.
Para mi blog siempre ha sido una transcripción de mi diario personal, yo soy la misma persona aquí cuando escribo; que allá afuera y curiosamente hace poco entendí o mas bien dicho tuve más claro que nunca, porque escribo así, así que no os preocupeis, tú me conoces bien y sabes que a través de las letras es la manera que tengo de hablar.
Gracias por pasar.