Sentada desde aquí


Sentada desde aquí, intento volver sobre mis pasos, para mirar como si fuera la proyección de una película, como eran los días durante la última vez que estuve en este sitio.

No es difícil adivinar cuando las páginas sueltas del diario cuentan de las tardes en que la luz solar, te besa de manera arrebatada el rostro, o el viento susurra palabras de amor que en el silencio se desperdiciaron y ninguno entendió.

Es entonces cuando puedo mirarme a mi misma; de la misma manera que ahora soy capaz de imaginarte a ti, en ese sitio favorito de tu casa donde te refugias, tal como si tuvieras un encuentro contigo mismo al que no puedes faltar...

Desde ese sillón desvencijado donde te rindes y suspiras relajado... Desde ese rincón del ventanal del que lanzaste suspiros que viajaron hasta donde lo soñaste; ¿Qué cosa te dirías? ¿Qué mensaje destinarías para ti mismo entre letras de color negro o azul, atrapadas en un trozo de papel?

Yo le escribiría a la mujer que aún en el silencio conozco tan bien; le contaría de la manera en que rezará por la persona que amará en el futuro; le diría que dejará de llorar y amará esas conversaciones prolongadas con ella misma sin pronunciar palabra alguna... Por supuesto me aseguraría también de hacerle entender que la felicidad que tanto busca, la lleva adherida en uno de los bolsillos de sus jeans.

Le contaría que perder el trabajo a veces es exponerse a bendiciones y aprendizajes que de otra forma no imaginaría; y que vivir con intensidad no es otra cosa más que concentrarse con pasión en el presente.

Tal vez le hablaría como a ti, de lo sublime que es llevar la piel impregnada de caricias intensas que no necesariamente terminan en sexo... Esas son las más bellas y valiosas porque surgen desde el alma, y son pocos quienes saben interpretarlas.

Sentada desde aquí, puedo verme y puedo verte... Puedo hablarte sin necesidad de expresar palabra alguna, para contar todo lo que ha pasado durante todas esas veces en que las manecillas le han dado vuelta al reloj...

Y adoro estar aquí, acompañada de ti y al mismo tiempo conmigo... Para compartir el silencio y descubrir dentro del mismo, que las cosas que ayer me preocupaban o ensombrecían en este instante ya casi no las recuerdo, y que de los tiempos pasados me he guardado sólo lo que aprendí y lo que aún me hace suspirar o sonreír...

Quisiera descubrir en tu sonrisa cuáles son los tuyos: tus sueños y tus motivos; pero sentada desde aquí tan sólo sé que lo ya vivido se evapora, y todo lo que aún no llega y desconozco; ni siquiera tengo la certeza de saber si lo viviré...

No sé cuantas otras veces volveré hasta este lugar para escribir... Desconozco también cuáles serán las cosas que te contaré a través de una hoja de papel... Pues sentada desde aquí tan sólo pretendo jugar a imaginar que puedo ser capaz de detener el tiempo para mirarte a los ojos y preguntarte: ¿Qué tienes para decirte a ti mismo hoy?


Hay soledades que se padecen, pero en cambio hay otras que te hacen encontrar tesoros. Inspiración.

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