Contrato entre almas


Dicen que desde antes de que nacieras, tú y cada ser que ha decidido habitar en la tierra para vivir una experiencia física o 3D, realizó un acuerdo o contrato entre almas.

Sí, antes de tener el cuerpo que ahora posees, seleccionaste minuciosamente cada una de las vivencias que deseabas experimentar en esta encarnación... Quizá decidiste aprender a través del desapego, de la soledad y algunas otras almas como tú, optaron por aprender de una relación de pareja.

Hubo también quienes optaron por la riqueza material y otros aspectos que conformarían su vida terrena... Sí algo así como cuando te inscribes en la Universidad y eliges las materias que quieres cursar. Todo con el propósito de completar una misión.

Una vez, hecha tu elección, te reuniste con otras almas para pactar como te interrelacionarías en este mundo con ellas. Algo similar a una película o una puesta en escena, en la que se reparten los personajes que cada quien interpretará en la obra de su vida y posterior a eso, naciste, y las almas con las que estableciste un contrato, vinieron a este mundo también. 

Con algunas de esas almas, te encontraste desde tu nacimiento y se convirtieron en tus padres y tus hermanos.

Hubo quienes no fueron de tu misma sangre, pero les tocó ser tus compañeros de escuela, esos que crecieron contigo y mantuvieron un lazo contigo hasta tu etapa como adulto; mientras que otros, por el contrario, no te tocó coincidir con ellos hasta cierta etapa de tu vida, porque desde antes de encarnar quedaron contigo en que se conocerían en alguna fiesta, o en cualquier otro sitio "casual" y terminarían enamorándose...

Entre todos esos encuentros y desencuentros, hubo personas que tendrían una aparición mínima en tu vida, quizá sólo por un tiempo -uno en la vida del otro-

Esas almas intermitentes o temporales en tu vida, quizá se disfrazaron del médico que te revisó cuando tuviste alguna emergencia médica, aquel desconocido o desconocida con el que te tropezaste en algún edificio, un taxista que te llevó al aeropuerto o cualquier otra persona que de forma aparente conociste por casualidad.

La vida lo hace parecer así, pero nada, en lo absoluto dentro de tu existencia ha sido fortuito... Si bien es cierto que uno de los mayores regalos que Dios te otorgó fue el libre albedrío, desde antes de llegar al punto donde estás ahora, te permitió no sólo elegir, sino también repartir los personajes principales a quienes quisiste que te acompañaran, aunque no hubiera un guión prestablecido... La historia la haz ido escribiendo junto a cada uno de ellos  -para bien o para mal- con tus propios diálogos y sobre todo con tus propias acciones... Así que asume tu responsabilidad. 


No sé si alguna vez pensaste en eso o te diste cuenta desde hace tiempo, pero tiene sentido... es por eso que tal vez tengas a ese jefe tan exigente y perfeccionista que te hace rabiar y ver tu suerte, esa persona de tu familia o un amigo con el que no puedes de plano, o ese "ex" que te rompió el corazón y cambió tu destino en un antes y después (y que Tania Karam los denomina como "Maestros Rasposos").

Está el otro lado de la moneda también, y están esas almas con las que conectas de inmediato y con las que apenas entras en contacto y logran sacar lo mejor de ti...

En ambos casos, todo es parte de un contrato, esta vida, con este cuerpo terrenal es una gran escuela y de ambas almas siempre obtendrás una lección que acordaste previamente desde otro tiempo y espacio, y que por ende también, tendrá consecuencias para tu evolución y aprendizaje.

Analiza una a una a las personas que te rodean... Las buenas y las que consideras malas o que te han hecho daño... Nada es así... Todos son un reflejo, son tu elección, mejor cuestiona: ¿Qué es lo que estoy proyectando de mi en ellos? ¿Es quizá la tolerancia o el desapego la lección más importante que he venido a aprender en esta ocasión? 

Así, de primera impresión es un tanto complejo intentar descifrar que viniste a vivenciar con cada persona… pero el alma lo sabe… y el alma sólo sabe comunicarnos mensajes que llamamos intuición.

Si aprendes a ver más allá de lo que eres cuando te ves al espejo, si logras escuchar la voz de tu alma, encontrarás la respuesta a muchas de las cosas que hasta el día de hoy no comprendes, como el hecho de que hasta hoy no haz logrado tener una pareja fiel o estable; entenderás porque ese amigo o amiga es como un Pepe Grillo para ti, y es simplemente porque tú se lo haz pedido...
Nada es casualidad, y hasta quienes te llevan a vivir experiencias dolorosas han acordado contigo hacerte pasar por algunas situaciones con tal de que logres evolucionar y no te quedes enganchado a esta encarnación...

Si cierras los ojos seguramente recuerdas a quien desde la primera vez que lo viste te provocó mariposas en la panza... Igual que sucedió con quien no te "latió"... Esa sensación es parte del contrato entre almas y es justo tu espíritu quien te avisa con quien sí y con quien no.

Sería increíble si pudiésemos recordar... Pero tal vez se perdería el encanto y sobre todo el aprendizaje... Por eso debes tener muy en cuenta todos de alguna forma estamos unidos en esta gran producción llamada vida, en la que cada quien es protagonista y hay un acuerdo previo que nos hace permanecer todos juntos para ayudarnos, de una manera amorosa y otras veces no tanto para crecer y evolucionar.

Entre todos integramos un verdadero equipo sanador, porque nos ocupamos tanto de nuestro propio desarrollo como del de los demás. Pero también podemos cerrar abruptamente la relación con algunos por problemas meramente terrenales.

Cuando eso suceda recuerda algo: Cada uno tenemos libre albedrío.

Todo este camino iniciado en nuestra primera encarnación hace millones de siglos atrás tiene como objetivo la iluminación… Cada encarnación agregamos gotas de luz a nuestra conciencia y así evolucionamos.

Avanzamos despacio en términos terrenales, pero vamos a la velocidad de la luz en términos estelares…

Así que no podemos mirar ninguna relación y juzgarla de triunfo o fracaso… Estamos aprendiendo, y el sólo hecho de poder interactuar con otros, de conocerlos, descubrir sus diferencias… llegar hasta lo profundo de su alma vuelve cualquier relación un éxito…

Así que no te pongas triste al pensar en ese jefe maltratador, esa pareja infiel, esos amigos con los que tuviste problemas, un profe abusivo, o cualquier otro maestro "rasposo" que haya aparecido en tu vida…

Todo son lecciones y es parte del acuerdo que ambos hicieron en otro espacio y tiempo... Independientemente de si están o ya no en tu vida, abrázalos desde tu alma, y diles:

“Gracias por respetar el trato. Ojalá en otra vida, las lecciones que nos toque aprender, sean de la manera más amorosa posible".

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